Estructuras encontradas por investigadores del Think Tank Dakila Pesquisas, podrían revelar la existencia de civilizaciones antiguas desconocidas para la humanidad y tener el potencial de sacudir los pilares de la historia conocida de Brasil e incluso del mundo.
Dakila Pesquisas, es un instituto genuinamente brasileño con enfoque interdisciplinario – a veces multidisciplinario – con el objetivo de llevar a cabo investigaciones académicas sobre temas de interés nacional e internacional. Opera en la región de la selva amazónica desde hace 30 años, durante los cuales realizó varias expediciones en ciudades como Lábrea, Vista Alegre do Abunã, Nova Brasilândia, Presidente Médici, Riachuelo, entre otras, donde se encontraron evidencias de la existencia de civilizaciones prehistóricas, fue encontrada y registrada -inundaciones que datan de al menos 10 a quince mil años, por lo tanto, mucho antes del descubrimiento de Brasil por los portugueses, como consta en nuestra historia.
La ubicación de la ciudad fue posible gracias a datos recabados en otra investigación de Think Tanks brasileños, sobre los “Caminhos de Peabiru”, que son rutas existentes en todo el continente sudamericano que se interconectan creando una vía con ramales subterráneos y superficiales, que, según los hallazgos, partiría de la ciudad de “Ratanabá” – nombre que, según el presidente de Dakila Pesquisas, Urandir Fernandes de Oliveira, está grabado en piedras y grabados, encontrados en diferentes partes del país.
A través de estudios comparativos de otras lenguas y símbolos difundidos por el mundo y estudios de lenguas como el tupí-guaraní, se encontró que el nombre “Ratanabá” significa “de los reinos al mundo” en lengua Irdin, la lengua utilizado por los “Muril”, civilización de la humanidad, quienes habrían construido la ciudad de Ratanabá.
En una avioneta equipada con tecnología LIDAR (Light Detection And Ranging), que utiliza pulsos láser capaces de penetrar la vegetación sin deforestar el bosque, el equipo de investigadores sobrevoló un área de aproximadamente 95 hectáreas y, en el municipio de Apiacás, encontró Marcas en el paisaje del lugar, formando una especie de “Ajedrez”, cuya planta indicaba la existencia de aproximadamente 30 manzanas y 30 calles, teniendo la calle principal más de 16 kilómetros de largo y las estructuras alrededor de 50 metros de altura relación con el suelo.
Todas las imágenes recolectadas en el sitio por LIDAR fueron procesadas y luego analizadas por el arqueólogo y geógrafo Saulo Ivan Nery, quien utilizó como base para su trabajo estudios geológicos y geomorfológicos provenientes de investigaciones anteriores y de estudios realizados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas).
Los cortes antrópicos (acción humana) identificados en el terreno se compararon con las redes de drenaje natural de la región y se recogieron datos sobre la profundidad, ancho y extensión de los cortes. Toda esta información se organizó en tablas y hubo discusiones sobre el tamaño de las canchas, longitud y profundidad de los cortes.
Al finalizar el trabajo, Saulo emitió el siguiente dictamen: “Teniendo en cuenta que la región es poco estudiada y los resultados demostrados por el método LIDAR indican la presencia de cambios en el terreno, no tenemos dudas sobre el origen antrópico de este “Ajedrez” estructura. De todas formas, cabe resaltar que la prueba definitiva solo será posible a partir de una campaña de investigación de campo que identifique restos materiales in situ, capaces de sustentar la hipótesis de la existencia de Ratanabá”.
Se puede acceder al informe de análisis completo a través del enlace:
Además de este admirable hallazgo, durante las investigaciones en busca de la ciudad perdida en la Amazonía brasileña, se produjeron varios hallazgos intrigantes, tales como: cráneos y esqueletos con una anatomía completamente diferente a la de los humanos, diversos artefactos elaborados en metal y utilizando aleaciones, lo que indica que en el sitio habrían existido civilizaciones que conocieron el metal hace miles de años.
Otro descubrimiento sorprendente del equipo ocurrió el 14 de junio de 2022, en el municipio de Paranaíta, en Mato Grosso do Sul, cuando se encontró una huella similar a la humana, fosilizada en una roca, pero que medía 2,41 m, que en términos proporcionales ser equivalente a un humano de entre 12 y 14 metros. Este hallazgo no está catalogado en el IPHAN (Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional) ni en el propio municipio de Paranaíta, según el presidente Urandir: “Es un descubrimiento exclusivo, nuestro, algo extraordinario”.
Confirmar la autenticidad de tal huella podría señalar la necesidad de revisar la historia de la humanidad, ya que demostraría que los llamados gigantes alguna vez estuvieron entre nosotros o, al menos, ya habitaron el planeta Tierra, un hecho que solo encontramos en los relatos bíblicos textos.
Actualmente, Dakila Pesquisas se encuentra a la espera de la autorización de los organismos competentes para iniciar la siguiente etapa de estudios, que será realizar expediciones terrestres en el lugar donde se ubica Ratanabá y, a pesar de todas las dificultades que se enfrentarán, considerando las características de la región amazónica, El grupo de investigadores espera con impaciencia el momento de iniciar los allanamientos en el sitio, obviamente tendrán que contar con la ayuda de agentes de seguridad para esa tarea, ya que tales descubrimientos son de interés no solo para Brasil, sino para el mundo. Sin embargo, Urandir Fernandes de Oliveira insiste en que todas las investigaciones son 100% financiadas por Dakila y que nunca se utilizaron recursos públicos, solo contaron con la ayuda de un sargento y un cabo del ejército para internarse en el bosque, en una incursión en el municipio de Costa Marqués –RO.
Considerando la importancia de hallazgos tan valiosos, que pueden sacar a la luz conocimientos desconocidos para la humanidad, se espera compromiso y agilidad de los organismos públicos responsables para que los investigadores puedan hacer su trabajo “in loco”, con seguridad y libre de obstáculos burocráticos, de modo que tales estudios pueden confirmarse y ampliarse.
Frente a las posibilidades que traen los descubrimientos de Dakila Pesquisas, tal vez estemos cerca de desvelar la frase de Euclides da Cunha (1866-1909), clásico de las letras brasileñas y apasionado investigador de la región amazónica, quien en 1905 escribió: “El ser humano La inteligencia no pudo soportar el peso de la poderosa realidad de la Amazonía”. Escrito por: M. Esmeralda Hengles - 1.º ganador del concurso para asociados de videos y artículos en el área de la escritura.
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